El mejor antídoto contra el declive cognitivo y la pérdida de memoria es el aprendizaje. Según un estudio de la Universidad de California, si cultivamos la actividad mental de un “eterno aprendiz” nuestro cerebro produce moléculas que lo mantienen joven y sano.
Usando una innovadora técnica de visualización, un equipo de neurocientíficos de la Universidad de California en Irvine (EE.UU.), liderados por Lulu Chen y Christine Gall, ha comprobado que el aprendizaje cotidiano mantiene nuestro cerebro sano y frena los efectos negativos del envejecimiento sobre las neuronas. Seguir leyendo